miércoles, 27 de mayo de 2015

La Confesión


Conversé con él unos minutos, durante una de mis visitas a la cárcel. Estábamos participando de una charla sobre vivir las oportunidades.  Después de que les hablé a todos, él se me acercó.

Mirándolo a los ojos, sin juzgarlo, ni condenarlo, sino tratando de comprenderlo en su condición de ser humano, le pregunté: “¿Cómo te tratan aquí?”

Con la mirada llena de un profundo dolor, me respondió, como si se tratase de una sincera confesión: “Esto es una pantalla. Hay maltrato. Estoy aquí por asesinato y, cuando me maltratan, en mi mente solo pienso en salir de aquí a seguir matando gente”. 

Le dije: “No repitas eso, para que no te maltraten más”. Y sonrió. Con tristeza, pero me sonrió. Entonces me habló sobre los problemas mentales de muchos presos. Y me citó el ejemplo de uno de ellos, que estaba sentado cerca de nosotros, a quien los guardias encerraron por muchos días en un lugar de la cárcel al que le dicen “la caja”. “Salió de ahí seco”, me dijo.

Y entonces comprendí, con el Alma desgarrada, el porqué muchos salen de ahí, peor de lo que entran.  

¡¿Qué estamos haciendo?!

La Sociedad está harta, pero sigue maltratando a sus hijos.

Cada día aumentan los reclamos sociales en materia de seguridad ciudadana. Comunicadores estallan llenos de impotencia en los medios de comunicación y la prensa se hace eco constante de todas las nefastas noticias.

Alimentan cada día la mente de los ciudadanos con los números de los asesinatos, atracos y demás calamidades sociales, y hasta les muestran las imágenes sangrientas producto de estos hechos y con hacer esto e insultar a las autoridades se creen ser parte de la solución.

Craso error.

En lo que nos enfocamos, aumenta. Solo hay que mirar un poco algunos programas de televisión o leer los periódicos. Si nos llevamos de los noticieros, parecería como si los inframundos se estuvieran haciendo sentir más sobre la Tierra.

Son muchos los que manifiestan que la sociedad ya está harta de estos acontecimientos. Y eso es bueno, en el sentido de que cuando una sociedad, un grupo de personas, se cansa de algo, hasta el hastío, entonces procura cambiarlo.  Lo que es aún mejor: Transformarlo.

Y la solución para lograr esa transformación existe, pero no es la que la mayoría de los medios están promoviendo.

Detrás de un maltratador, muchas veces hay alguien que ha sido duramente maltratado. Alguien que no ha recibido Amor y Protección; que ha pasado hambre, y no solo por falta de alimentos, vestimenta, educación, salud, vivienda, sino también hambre de afecto, de cariño.

Dentro de ese ser, que hoy la sociedad condena y maltrata, por haber cometido un grave error, hay alguien que ha sufrido lo indecible, durante toda su vida o gran parte de ella. Hay traumas y un dolor muy, muy profundo, en su alma.

¿Y qué hacemos con alguien así? ¿Golpearlo más? ¿Es que acaso aún no ha sido suficiente?

Al nacer un niño, no solo es hijo de sus padres biológicos.

Muchas tribus, los indígenas, parecen estar socialmente más avanzados que nosotros en cuanto a su comprensión de que cada niño es hijo de toda la tribu. Y, como tal, todos los miembros de la tribu lo cuidan, alimentan, guían y protegen.

Y en esta tribu, la de nuestra Sociedad, ¿En cuáles condiciones sociales nacen y crecen los  niños que vienen a través de padres insolventes, de aquellos que carecen de hasta las más mínimas garantías de bienestar social?

Muchos de esos niños desatendidos por la Sociedad, son ahora los que están privados de su libertad, o delinquiendo en nuestras calles, con la mente infectada, y compartiendo sus días con los que están igual de insanos o aún peor, agravando su condición; mientras su verdadero ser, aquel que habita en el interior de todos -sin excepción- espera que un buen día despertemos y decidamos atenderlos, amarlos y tratarlos como lo que ellos son: nuestros hijos.

Que Así Sea. 

@melbagrullon 


I. Artículo anterior relacionado:

Las Lágrimas de Daniel

lunes, 11 de mayo de 2015

Odres Nuevos

Es mucho lo que nuestro país está avanzando en relación al nuevo modelo penitenciario. Es de justicia reconocer la ardua labor que, en este sentido, están realizando las autoridades competentes, junto al apoyo de toda la sociedad. 

El proceso de transformación salta a la vista de todos, pues además de la gran mejora en la infraestructura en la que ahora viven los internos o privados de libertad, también hay que destacar el Programa de Educación que actualmente ejecuta el Centro de Corrección y Rehabilitación de la Isleta, por ejemplo, el cual se inscribe dentro del plan de reinserción de los internos en la sociedad, cuando cumplan sus respectivas condenas.  

Este programa educativo, el cual es -sin dudas- una noble iniciativa, permite a los privados de libertad aprender Informática, Inglés, Mecánica, Pintura, Ebanistería, Desabolladora, etc. 

Los internos también cuentan con Psicólogas que les imparten excelentes charlas sobre diferentes temas, con el propósito de inculcarles los valores sociales. 

Ahora bien, recordemos que hace miles de años nos dijo un gran Maestro: "Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque entonces el remiendo al encogerse tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor" (Mateo 2:21). "Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo, en odres nuevos, y ambos se conservan" (Mateo 9:17).

Habría que evaluar la efectividad de re-educar a una persona, que todavía conserva la toxicidad en su Mente, en su Psiquis, además de en su Cuerpo Físico. 

Obviamente, sus odres (Cuerpo, Mente, Psiquis) están aún contaminadas, intoxicadas, pues no han sido debidamente limpiadas, depuradas a profundidad, para recibir este vino nuevo de la enseñanza. 

Entonces, se podrían estar desperdiciando muy valiosos esfuerzos y recursos, al no percatarnos de que antes de re-educarlos, así como durante el proceso de re-educación, les debemos proveer de la correcta desintoxicación integral (Cuerpo-Mente-Alma), que los conduzca a SANAR sus Mentes, además de sus Cuerpos Físico y Emocional.  

Mente Sana en Cuerpo Sano

"Orandum est ut sit mens sana in corpore sano", cuya traducción es "se debe orar a los dioses para que nos concedan una mente sana, en un cuerpo sano", dijo el poeta romano Décimo Junio Juvenal, en el Siglo I.  “Su sentido original era que el cuerpo sano ayuda a mantener (o es condición para mantener), sano el Espíritu”. 

Desde hace siglos se nos hablaba de la salud integral de Cuerpo, Mente y Alma: "Una Mente sana, un Cuerpo sano y un Alma fuerte, para observar una vida llena de Virtud y de Paz Interior". 

Esta enseñanza también se le atribuye al Filósofo griego Platón, Maestro de Aristóteles, a quien dice la historia que se le ocurrió esta frase, 400 años antes de Cristo. 

Es decir, que desde hace miles de años se nos está explicando acerca de la Salud Integral: Mente y Cuerpo. 

Entonces, ¿Cómo podemos pretender, como Sociedad, subsanar la conducta de los individuos privados de su libertad, y de los tantos que aún delinquen en nuestras calles, sin antes proveerles del debido proceso de sanación integral, de sus cuerpos, sus mentes y sus almas?

Que Así Sea!


I. Fuentes Consultadas:  

http://www.cibaoaldia.com/educan-internos-del-centro-de-correccion-y-rehabilitacion-de-la-isleta-moca/






II. Monografías Tseyor Relacionadas:




III. Agradecimiento:

Muchas gracias a los medios que han compartido esta publicación.


Atento RD

El Viaducto. Net 
http://elviaducto.net/web/reportajes/1902-la-solucion-esta-aqui

Horizonte XXI  

http://www.horizontexx1.com/2015/05/13/la-soluci%C3%B3n-est%C3%A1-aqu%C3%AD/

Presencia RD Digital  
http://www.presenciarddigital.net/component/k2/item/4839-la-solucion-esta-aqui.html

Sol Dominicano  
http://soldominicano.com/portal/?p=3125

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